martes, 24 de enero de 2012

Preocupada

Algo aprendí en este oficio de vivir; cuando te dicen: “no te preocupes” y nombran motivos que no generaban preocupación alguna hasta que lo escuchaste en boca de quien, repite, no te preocupes: PREOCUPATE. Algunos personajes nacieron para no mentir, entonces deslizan la verdad para que la tomes, si la dejás pasar, ellos no se inmutarán porque no saben que dicen verdades disfrazadas. Los prefiero a los estafadores profesionales, a los psicópatas. Esos que en nuestra imbecilidad generalizada por amores idealizados, casi los vemos brillar entre la gente. Son los mismos que a la larga, siempre es a la larga, (a la corta no joden. No logran oscurecernos), se instalan como luces de emergencia en nuestras vidas. Tarde comprobamos que, si logramos huir, nos generaron un corto circuito emocional sin garantía de reparación. Diagnóstico oscuro en amores futuros porque despilfarramos el tiempo. En mi caso hasta los 51 me consideré inmortal y, claro. Sí. Sí. Tengo psiquiatra pero no es maga. Si al menos lo hubiera despilfarrado con varios…

Resumo, estoy a oscuras (y no porque vivo en Villa Devoto). Sin velas a la vista ni encendedor cercano.

Además de preocuparme por aquello que despertó mi alerta al comenzar a escribir este post, me preocupo por esta persona que ya no se encuentra en quien la habita y mirá que estoy diez kilos más vieja.

Uno de los lugares que ya no existen: mi propio cuerpo.

BB

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