Camino con la gente
que acata esta medida de fuerza. El cielo acompaña. Grises. Somos grises. La
tristeza no queda en la vereda cuando subo al colectivo. Aferrada al pasamanos abandono
la esperanza que supe votar. Ellos y los otros no se ponen de acuerdo. Otra vez:
no importa el nosotros. “Argentina, un país con buena gente” leo desde la
propaganda. Como alimentan el desprecio. Como, revuelto con la estupidez la petulancia
pudo más. Mostraron su incorregible esencia: el rencor.
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